En el fresco

Bueno, ya estamos de vuelta, esperando, impacientemente, la llegada de las vacaciones, pero antes de irnos aun nos quedan unas cuantas cosas que hacer, algún que otro trabajo que resolver, y como siempre, aquí en la oficina, cuando se oye “problema” desaparece todo el mundo…

Como ya comente en el post de bienvenida, aquí no hay Dios de trabaje, con tanto “meneo” por delante, y un día, que he harte de verdad, decidí irme a trabajar fuera, y ¿porque no? Si total tan solo era poner un par de sillas y una mesa en la playa.

La verdad es que la cosa no terminó bien, bueno, de hecho, termino muy mal, porque el “viento playero” se me llevo el expediente del último trabajo del verano… ¿consecuencia? Pues quédate a trabajar una semana mas… ves tu que gracia.